Los derechos de las personas mayores fueron analizados en la segunda jornada del ciclo “Trata como te gustaría ser tratado”, que abordó la importancia de las relaciones intergeneracionales, y que se celebró ayer en el CEU Montepríncipe de Madrid. Fundación Mayores de Hoy, con el apoyo de Obra Social “la Caixa” y la Consejería de Política Social y Familia de la Comunidad de Madrid, con la colaboración de Universitas Senioribus CEU, organizaron esta jornada.

El buen trato a las personas mayores va más allá de no ser agredido. “Tiene que ver con el cumplimiento de unos principios relacionados con el respeto, la dignidad, la privacidad e intimidad, la autodeterminación, la libertad de elección, la satisfacción y realización personal y la protección, conocimiento y defensa de los derechos”, expuso Gema Pérez, profesora titular y coordinadora del Grado de Psicología de la Universidad CEU San Pablo. Sin embargo, lamentó que la vulneración de esos principios es más frecuente en las personas mayores, lo que provoca un trato inadecuado. En este sentido, apuntó a los estereotipos negativos que hace referencia a creencias erróneas sobre características físicas (limitado, tradicional), sociales (pobre, conservador), psicológicas (rígido, infantil) y de personalidad (aislado, incompetente) de las personas mayores.

“La terminología tampoco ayuda. Palabras como viejo o anciano desdibuja a la persona. Sólo vemos lo biológico cuando también somos biografía, formada por la experiencia acumulada de años. Debemos, por tanto, evitar la cosificación y empatizar con la persona. Por ejemplo, hay mayores que se mimetizan con la silla de ruedas y debemos evitarlo”, explicó Pérez.

Para contrarrestalo, la experta propuso una serie de herramientas encaminadas a lograr el buen trato de las personas mayores: observar, preguntar y escuchar, con el objetivo de conocerlas y poder empatizar. “Sólo así podremos empoderar a las personas mayores, es decir, capacitarlas para que tomen las riendas de su vida. También debemos aprender a adaptarnos a los cambios para sacar lo mejor de cada etapa, porque envejecer es un éxito”, apuntó. En este sentido, Pérez insistió en la importancia de evitar la sobreprotección y el paternalismo, “que conduce a un exceso de dependencia. La imagen de las personas mayores debe ser diversa, que muestre la individualidad de las personas mayores”.

Por su parte, Antonio Martínez Maroto, jurista experto en derechos del mayor, recordó que no hay derechos específicos de las personas mayores: “Tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones. No obstante, la fragilidad y la vulnerabilidad es un campo propicio para la transgresión de estos derechos”. Por este motivo, este experto defiende la formalización y aprobación, desde Naciones Unidas, de una Convención de los derechos de las personas Mayores que fomente también el buen trato.

Muchas normas de hoy en día se redactaron hace décadas, lo que provoca que algunas de ellas no atienden a la realidad. Martínez Maroto se refirió, por ejemplo, a la jubilación obligatoria. “Debemos tener el derecho de poder trabajar más allá de los 65 años y a una jubilación gradual y flexible”, reivindicó.

Respecto a los derechos de las personas mayores que corren el riesgo de ser vulnerados, este jurista destacó el derecho a ser tratado con dignidad, así como el derecho a la libertad, igualdad y no discriminación. “Las personas mayores deben tener la libertad para decidir cómo quieren vivir y morir”, aseveró. Derechos a la protección de la salud, al respeto a la autonomía, a la educación, a la participación social, a una pensión suficiente y a contar con espacios adaptados son otros derechos que Martínez Maroto considera imprescindibles.

Imágenes ©www.imagenenaccion.org

 

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